Los holandeses 'No hagas teatro que ya eres teatral por naturaleza' es una expresión común holandesa. Los holandeses son sobrios y les disgusta la afectación. Son obstinados y amantes de su libertad, y están acostumbrados a defenderse a sí mismos y sus ideas. Prefieren la negociación a la confrontación abierta. Ya desde siglos practican la consulta mutua y la concertación de acuerdos. Gracias a esta tradición, reina un clima de tolerancia con respecto a los diversos grupos minoritarios, lo que también se manifiesta en la política holandesa en materia del aborto, la eutanasia y las drogas. Ahora bien, el holandés también es capaz de sublevarse. En los años 80 el pueblo opuso una gran resistencia, que en círculos de la OTAN se vino a denominar 'Holanditis', cuando se planteó la instalación en territorio holandés de misiles de crucero a raíz de una resolución de esta organización. En grandes eventos deportivos como los Juegos Olímpicos y los campeonatos mundiales de fútbol y de patinaje, el pueblo holandés hace sentir con fuerza su presencia. La legión de fans ya ha coloreado de anaranjado infinidad de estadios extranjeros. En los últimos decenios la imagen del holandés ha cambiado mucho. Si antes el holandés se distinguía por su modo de vida ahorrativo y calvinista, hoy se aprecia una forma de vivir mucho más hedonista, sobre todo en las grandes ciudades. Al holandés le gusta gastar dinero en salir, ir de vacaciones y decorar la casa.